Las lesiones por aplastamiento causan un daño sustancial en los huesos y tejidos blandos en comparación con otros tipos de lesiones. Mientras que las fracturas simples sanan en unas pocas semanas, una lesión por aplastamiento generalmente resulta en fracturas conminutas, donde el hueso se rompe en tres o más piezas. Los huesos en este estado requieren múltiples cirugías para repararse, con la posibilidad de que nunca recuperen su función completa.

 

En cuanto a los tejidos blandos, la presión significativa sufrida por el cuerpo en un accidente de aplastamiento puede llevar al "síndrome compartimental". Es una condición en la que la sangre o el líquido edematoso pueden acumularse en el compartimento muscular, lo que provoca un aumento de la presión en el compartimento y evita el flujo sanguíneo adecuado hacia los tejidos dentro del compartimento. Los casos graves de síndrome compartimental pueden resultar en pérdida de la función corporal, que puede requerir amputación e incluso provocar la muerte.

 

Otros daños físicos asociados con las lesiones por aplastamiento incluyen los siguientes:

• Sangrado externo e interno

• Moretones

• Daño a los nervios

• Laceraciones

• Daño a los órganos